Revista Nro. 14

Índice:

La esperanza de un sueño

Enseñanzas de Kung Fu

El propósito

Vivencia

El árbol de los problemas

Riesgo de Libertad

Visualizando el destino

Si pudiese vivir nuevamente


La esperanza de un sueño

Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al Sol. Muy cerca del camino se encontraba un grillo.

 

¿Hacia dónde te diriges?; le preguntó. Sin dejar de caminar, la oruga contestó:

 

Tuve un sueño anoche; soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo.

 

Sorprendido, el grillo dijo mientras su amigo se alejaba:

 

¡Debes estar loco!. ¿Cómo podrás llegar hasta aquel lugar? Vos, ¡una simple oruga!. Una piedra será una montaña, un pequeño charco un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable.

 

Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. Sus diminutos pies no dejaron de moverse. De pronto se oyó la voz de un escarabajo:

 

¿Hacia dónde te dirigís con tanto empeño? Sudando ya el gusanito, le dijo jadeante:

 

Tuve un sueño y deseo realizarlo, subiré a esa montaña y desde ahí contemplaré todo nuestro mundo.

 

El escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y luego dijo:

 

Ni yo, con patas tan grandes, intentaría una empresa tan ambiciosa.

 

El se quedó en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.

 

Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir.

 

¡No lo lograrás jamás!, le dijeron, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir.

 

Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar. Estaré mejor, fue lo último que dijo, y murió.

 

Todos los animales del valle por días fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del pueblo. Había construido como su tumba un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió por querer realizar un sueño irrealizable.

 

Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos. De pronto quedaron atónitos.

 

Aquella concha dura comenzó a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta. Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arco iris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: una mariposa.

 

No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría: se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño; el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir. Todos se habían equivocado.

 

Dios nos ha creado para realizar un sueño, vivamos por él, intentemos alcanzarlo, pongamos la vida en ello y si nos damos cuenta que no podemos, quizá necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en nuestras vidas y entonces, con otro aspecto, con otras posibilidades y con esfuerzo, lo lograremos.

 

EL EXITO EN LA VIDA NO SE MIDE POR LO QUE HAS LOGRADO, SINO POR LOS OBSTACULOS QUE HAS TENIDO QUE ENFRENTAR EN EL CAMINO.

C.E.

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Enseñanzas de Kung Fu

Maestro: ¿Adónde fue tu guijarro saltamontes?

 

Kung Fu: Siguió su camino, su jornada fue a ninguna parte...

 

Maestro: Cada jornada comienza y también termina.

 

Kung Fu: ¿El fin de su jornada es el fondo del estanque?

 

Maestro: ¿El guijarro al entrar al agua no comienza una nueva jornada?

 

Kung Fu: Eso parece sin importancia...

 

Maestro: Así es la jornada a través de la vida, comienza y termina. No obstante nuevas jornadas comienzan, los padres procrean hijos, que a su vez se convierten en padres que procrean hijos...

 

Kung Fu: ¿Entonces las raíces que tengo, soy yo mismo, y yo soy ellas?

 

Maestro: Si saltamontes, busca primero conocer el principio de tu propia jornada y su fin, conoce luego las otras jornadas de las cuales eres parte, pero en esa búsqueda no tengas paciencia. Usa esa capa del viajero que te escuda y te permite perdurar...

_______________

 

Kung Fu: Maestro, ¿cuál es la mejor forma de soportar la pérdida de alguien que se ha amado?

 

Maestro: Conociendo que aquello que realmente amamos jamás se pierde, es solo después de la muerte que la profundidad del sentimiento se siente clara, y el ser amado se convierte más en parte de nosotros de lo que es posible en la vida.

 

Kung Fu: ¿Y sólo somos capaces de sentir así por aquellos a quienes conocimos y amamos un largo tiempo?

 

Maestro: Algunas veces, un extraño, conocido por un momento, puede dar a nuestras vidas la chispa de una eternidad...

 

Kung Fu: ¿Cómo puede un extraño tomar importancia en nuestras vidas?

 

Maestro: Porque nuestras almas no van con el tiempo, crecen registrando los hechos...

_____________

 

Maestro: El conejo siente ira, el tigre compasión, el dragón dolor. Todas las criaturas, las inferiores y superiores forman una unidad con la naturaleza. Ninguna vida es "insignificante". Si tenemos la sabiduría de aprender, todos los seres nos enseñan sus virtudes.

 

De la grulla aprendemos agilidad y control de uno mismo, la serpiente nos enseña la simplicidad y el ritmo. Del venado aprendemos la velocidad y la paciencia. El tigre nos enseña la tenacidad y el poder. Del dragón aprendemos a tener cautela.

 

La vida se sostiene a si misma, y todas las criaturas vivientes necesitan alimentarse, aunque mediante la sabiduría, el cuerpo aprende a sostenerse, respetando la vida de los demás seres.

 

                                                                                                                 continuará...

                                                                                                      elaborado por M.Marión

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El propósito

El propósito que te has de poner,

es el fin al que debes llegar.

Si tu quieres y pones tu fe,

lo que anhelas habrás de lograr.

Cuando veas la lluvia caer,

cuando veas el Sol deslumbrar,

no conspires nunca contra lo que sientes,

jamás.

No camines en silencio,

puede ser peligroso.

Los pasos del silencio,

suelen ser dudosos.

Si es un fin al que quieres llegar,

planta firme tus pies en la tierra.

Sigue siempre un camino leal,

no digas que tendrás problemas,

tu destino lo puedes crear.

El propósito que te has de poner,

es el fin al que debes llegar,

no camines con pasos silenciosos,

tu puedes llegar y llegarás.

                                                                            Daniela – 13 años

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Vivencia

Recuerdo las vacaciones, las promesas un año después de la partida de Johana, recuerdo la vaguedad, la tristeza, pero también mi falta de esquemas, mi apertura.

 

Así recorriendo un camino, en un lugar de la costa, caminaba descalza por un sendero recto, absorbiéndolo todo, la tibieza del Sol, el susurrar de la brisa, los aromas, el canto de los pájaros, el verde, los árboles.

 

Imaginé que Johana viera a través de mis ojos y sintiera, a través de mi piel y entonces aquel camino se antojó el camino de mi vida, hasta entonces, casi recto, con algunas pequeñas piedras. Continué avanzando y apareció ante mí, un montón de ramas caídas cerrando el paso. Allí terminaba el sendero, casi como si aquí, ahora, también finalizara mi vida, por lo menos como había sido hasta ahora.

 

Pero la vida nos impulsa, no podemos detenernos, y continué caminando. Para mi sorpresa, tenía por delante otro sendero, pero este era sinuoso, difícil, con ramas que a veces ocultaban lo que iba por delante, como si fuera a terminar allí a cada paso. Seguí mi viaje externo e interno, hasta una gran loma de arena, casi me detuve, sin embargo subí y desde la cima contemplé extasiada la inmensidad del mar. Me embargó una indescriptible sensación de gozo y comprendí que maravillas aún me aguardaban.

 

Esta simple vivencia, se convirtió en un mensaje que me acompañaría y me acompaña aun, cuando siento que las cosas se ponen difíciles recuerdo el sendero y en mi conciencia entra la luz que me ilumina para continuar sabiendo que me espera en el final.

 

                                                                                                                                    Graciela Mighetti

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El árbol de los problemas

El carpintero que había contratado para ayudarme a
reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó y lo hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se niega a arrancar.

 

Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.

 

Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dió un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó hasta el automóvil.

 

Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.

 

"Oh, ese es mi árbol de problemas", contestó.

 

"Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez".

 

"Lo divertido es", dijo sonriendo, "que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior".

 

Espero que todos podamos tener un "Arbol de los Problemas" para que nuestra vida en familia sea más dulce y nuestros problemas menos graves que el día anterior.

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Riesgo de libertad

Reír , es correr el riesgo de parecer tonto.

Llorar, es arriesgarse a parecer sentimental.

Acercarse al otro, es arriesgarse a comprometerse.

Mostrar emoción es arriesgar a que te conozcan.

Someter a la gente a tus ideas y sueños, es ponerlos en riesgo.

Amar, es correr el riesgo de no ser comprendido.

Vivir, es arriesgarse a morir.

En toda esperanza hay riesgo del desespero.

En todo intento, el riesgo de fracasar.

Pero los riesgos se han de tomar, porque el mayor peligro en ésta vida, es no arriesgar nada.

Porque el que nada arriesga, nada hace...,

nada tiene..., nada es...

Tal vez pueda ahorrar sufrimiento y dolor, pero a fin de cuentas no pueda aprender, ni sentir, ni cambiar, ni crecer, ni amar, ni vivir.

Encadenado por las certidumbres, será un esclavo, sacrificará el ser libre.

Solo arriesgando, se consagrará la libertad.

(Quién no se atreve a nada, que nada espere)

                                                                                                    C.E.

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Visualizando el destino

Hoy más que nunca hablamos de la elevación de nuestros niveles de comprensión y nuestros niveles de conciencia, como una consecuencia necesaria de la evolución de la especie humana. Y en esencia eso es los que está sucediendo en la realidad, aunque quizás este fenómeno, al no estar generalizado, sea de difícil apreciación. A medida que ello suceda es de esperar el surgimiento de una nueva manera de funcionar en cada aspecto de la vida cotidiana.

 

De este modo podemos imaginar que la economía empezará a transformarse a medida que se vaya introduciendo la solidaridad como factor que permita reemplazar el viejo paradigma de la "economía del tener" por una nueva propuesta: la "economía del dar". Las actividades comerciales funcionarán guiadas por ideales más bien inspirados en el bien común antes que en el interés particular de los dueños del capital. El sistema económico al cual se adhiera no será realmente importante, ya que los problemas actuales no radican en los sistemas en sí, sino más bien en los hombres que los animan, individuos vulnerables que provocan desvíos en esos sistemas, concentrando su energía en maximizar beneficios en lugar de satisfacer necesidades humanas protegiendo a los consumidores, a los empleados y al medio ambiente. Gracias a la espiritualidad que comienza a manifestarse de manera creciente en los que se desempeñan en la actividad empresaria, cada vez somos más los que empezamos a ver que nos encontramos al servicio de una nueva visión más elevada del futuro.

 

Casualmente, esto se produce en momentos de verdaderas crisis de valores en el ambiente empresario, donde son cuestionados no sólo la búsqueda desenfrenada de beneficios a corto plazo, sino también el mal uso que se realiza de los recursos naturales disponibles y la explotación disfrazada que se produce sobre los dependientes aprovechando los altos niveles de desempleo con su terrible carga de inseguridad y miedo. Estos esquemas de funcionamiento, creo que van reduciendo nuestra visión acerca del futuro, presentandonos imágenes negativas sobre el destino de nuestra especie. En lo que se refiere a nuestras actividades laborales se debería poner en práctica la creatividad para satisfacer las necesidades de la comunidad, con bienes que cada vez sean más durables y económicos, y desde luego respetando la ecología y el medio ambiente.

 

Si idealizamos aún más nuestra visión, podremos anticipar un futuro en el cual la evolución nos lleve hacia una economía en la que nuestras necesidades materiales serán satisfechas de manera automática y gratuita, con lo cual nuestro foco de atención será el intercambio de información y crecimiento espiritual.

 

Asimismo observaremos que las ocupaciones y profesiones se transformarán buscando una reformulación y control de las normas éticas ya que en cualquier actividad que indaguemos, existe la corrupción y el abuso deshonesto. De este modo cada uno evolucionará cumpliendo de la mejor forma su servicio, facilitando la conciencia espiritual por todas partes.

 

A medida que se desarrollen nuestras prácticas y se vayan transformando nuestros roles profesionales y ocupaciones, seremos guiados en el camino por sincronicidades que nos llenarán de inspiración y energía.

 

Al mirar en derredor en estos últimos días del siglo XX, sabemos que todavía no llegamos a nuestro destino. Los supuestos y miedos de la vieja visión del mundo todavía tironean de nosotros, nos imprimen la ilusión de que nada mágico puede pasar y nos seducen con la falsa seguridad del escepticismo y la negación.

 

Nuestro desafío consiste, pues, en poner en acción nuestra conciencia y mantener la fe. Somos, en esencia, campos conscientes de intención y lo que nos parece saber, lo que creemos, está grabado afuera en medio de todos los demás y en el cosmos que, en gran medida, nos da el futuro que imaginamos. A medida que crezca esta capacidad, nuestro poder aumentará y nuestras decisiones éticas se verán fortalecidas.

 

Por fortuna , todos los grandes místicos, al igual que nuestras escrituras más sagradas, nos lo advirtieron: siempre debemos buscar dentro de nosotros la sabiduría más elevada para diagramar el camino de nuestra vida. Cada uno debe encontrar su conformación de una visión del mundo derivada no del miedo o la penuria, sino de alguna parte más grandiosa de su memoria.

 

Esta visión no sólo nos centra en el coraje necesario para llevar a cabo nuestras misiones individuales, sino que nos lleva al punto más elevado de nuestra conciencia espiritual. Lo único que debemos hacer para mantenernos centrados en esta conciencia, para vivirla todos los días, es sostener esa visión interior.

 

Antes de salir de casa, debemos encontrar el espacio, la postura espiritual para vivir lo que sabemos. El poder de la fe es real. Cada pensamiento es una oración y si la visión de la nueva conciencia espiritual está en el fondo de nuestra mente cada día, cada minuto, cuando interactuamos en el mundo, la magia de la sincronicidad se acelerará para todos y el destino que intuimos en nuestros corazones se hará realidad.

 

- Extractado de "La nueva visión espiritual"

James Rendfield

y conceptos de Chiara Lubich -

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Si pudiese vivir nuevamente

Si yo pudiese vivir nuevamente mi vida, en la proxima trataría de cometer más errores. No buscaría ser tan perfecto, me relajaría más.

 

No sería mas tonto de lo que he sido. En verdad bien pocas cosas tomaría en serio. Sería menos pulcro.

 

Correría más riesgos, viajaría más, contemplaría más aterdeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.

 

Iría a más lugares donde nunca fuí Tomaría más helados y comería menos lentejas. Tendría más problemas reales y menos imaginarios.

 

Yo fui una de esas personas que vivió sensata y productivamente cada minuto de la vida; claro que tuve momentos de alegría. Más…..

 

Si yo pudiese volver a vivir, trataría de tener solamente buenos momentos. Porque por si no lo saben, de esto es hecha la vida, solo de momentos. No pierdas el ahora.

 

Yo era uno de esos que nunca iba a parte alguna sin un termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas. Si yo volviese a vivir…..

 

Comenzaría a andar descalzo al inicio de la primavera y continuaría hasta el otoño. Daría más vueltas en mi calle, contemplaría más amaneceres y …...

 

Jugaría más con mis hijos, si volviese a tener otra vida por delante, pero tengo ya 85 años, estoy ciego y se que voy a morir.

 

                                                                                                                    Jorge Luis Borges

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