Revista Nro. 10

Índice:

Imagina

Autoconocimiento

¿Cuáles son tus piedras?

Feng Shui

Un amigo

El trabajo como poética de desarrollo 

El primer Unicornio

Servicio en Acción


Imagina

Imagina que no hay paraíso
Es fácil si lo intentas
Que no hay infierno debajo de nosotros
Arriba sólo el cielo
Imagina a toda la gente
Viviendo para el hoy

Imagina que no hay países
No es difícil de hacer
Nada por que matar o morir
Y sin religiones también
Imagina a toda la gente
Viviendo la vida en paz

Tu dirás que soy un soñador
Pero yo no soy el único
Espero que algún día te unas a nosotros
Y el mundo vivirá como uno solo

Imagina que no hay posesiones
Me pregunto si es que puedes hacerlo
Sin necesidad de envidiar o pasar hambre
La Hermandad del Hombre
Imagina a toda la gente
Compartiendo el mundo entero

Tu dirás que soy un soñador
Pero yo no soy el único
Espero que algún día te unas a nosotros
Y el mundo vivirá como uno solo.

                                                                                                                            John Lennon

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Autoconocimiento

Algunas personas quedan fascinadas al tomar contacto con lecturas o películas que muestran la existencia de una realidad que no puede ser captada por los sentidos ni por el pensamiento. Al quedar fascinadas se desvirtúa la transformación que podrían realizar en ellas mismas a través de ese conocimiento. Lo que podría liberarlas se transforma en una cárcel. ¿Qué podría hacer el ser humano para liberarse de todo aquello que lo aprisiona? Simplemente llevar su atención hacia él mismo. Realizar la investigación más interesante que podemos hacer. El conocernos nos abre una puerta hacia una vida más plena. No sabemos quienes somos y eso nos ata y nos encadena a nuestros propios automatismos. Vivimos en medio del conflicto y del sufrimiento sin tener conciencia que todo eso es provocado por nosotros mismos. Al no hacernos responsables de nuestra vida no podemos conocerla y quedamos a merced de automatismos que nos gobiernan creando dolor. Vivir armoniosamente es posible a medida que somos conscientes. Para adquirir conciencia tenemos que realizar un trabajo constante. La conciencia no nos es dada, tenemos que adquirirla con esfuerzo. Es lo que permite el desarrollo de aspectos humanos que están dormidos. Sin conciencia actuamos ciegamente. Lo que consideramos nuestro estado normal de conciencia puede ser ampliado con esfuerzo.

Los beneficios que podemos recibir son mayores que el esfuerzo realizado. Nuestros automatismos no son inconscientes, están a la vista, constituyen nuestra forma de pensar y de sentir. No tenemos que hacer un trabajo de interpretación. Solamente tenemos que llevar nuestra atención hacia ellos como quien regula un anteojo para obtener mayor nitidez en la imagen que nos muestra. Habitualmente distorsionamos la realidad y la imagen que tenemos de nosotros mismos. Si logramos mayor nitidez la distorsión disminuirá.

El trabajo es simple, sólo se precisa constancia y amor a la verdad. La distorsión no nos ofrece ningún beneficio y es responsable de la sociedad que hemos construido entre todos. Muchas veces manifestamos nuestro disgusto hacia esa sociedad que es un reflejo de nosotros mismos. Esa sociedad se irá modificando en la medida en que muchos de nosotros aprendan a enfocar y disminuyan la distorsión. Lo que representa un bienestar para cada uno de nosotros también lo es para la sociedad en la que vivimos.

                                                                                                                                   Lic. Gloria Borrás

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  ¿Cuáles son tus piedras?

Cierto día un motivador experto estaba dando una conferencia a un grupo de profesionales. Para dejar en claro un punto utilizó un ejemplo que los profesionales jamás olvidaran.


De pie frente al auditorio de gente muy exitosa dijo:

 

Quisiera hacerles un pequeño examen...

De abajo de la mesa sacó un jarro de vidrio de boca ancha y lo puso sobre la mesa frente a él. Luego sacó una docena de rocas del tamaño de un puño y empezó a colocarlas una por una en el jarro. Cuando el jarro estaba lleno hasta el tope y no podía colocar más piedras preguntó al auditorio: ¿Está lleno este jarro?


Todos los asistentes dijeron: ¡Sí! Entonces dijo: ¿Están seguros? Y sacó de debajo de la mesa un balde con piedras pequeñas de construcción. Echó un poco de las piedras en el jarro y lo movió haciendo que las piedras pequeñas se acomoden en el espacio vacío entre las grandes. Cuando hubo hecho esto preguntó una vez más: ¿Está lleno este jarro? Esta vez el auditorio ya suponía lo que vendría y uno de los asistentes dijo en voz alta - Probablemente no. Muy bien contestó el expositor. Sacó de debajo de la mesa un balde lleno de arena y empezó a echarlo en el jarro.


La arena se acomodó en el espacio entre las piedras grandes y las pequeñas. Una vez más pregunto al grupo: ¿Está lleno este jarro? Esta vez varias personas respondieron a coro: ¡No!

 

Una vez más el expositor dijo: ¡Muy bien! luego sacó una jarra llena de agua y echó agua al jarro con piedras hasta que estuvo lleno hasta el borde mismo.

 

Cuando terminó, miro al auditorio y preguntó:

 

¿Cual creen que es la enseñanza de esta pequeña demostración?


Uno de los espectadores levantó la mano y dijo: La enseñanza es que no importa que tan lleno esta tu horario, si de verdad lo intentas, siempre podrás incluir mas cosas.


¡No! replicó el expositor, esa no es la enseñanza.


La verdad es que esta demostración nos enseña lo siguiente:

Si no pones las piedras grandes primero, no podrás ponerlas en ningún otro momento.

¿ Cuales son las piedras grandes en tu vida?


¿Un proyecto que tu deseas hacer funcionar? - ¿Tiempo con tu familia?


¿Tu fe, tu educación o tus finanzas? - ¿Alguna causa que desees apoyar?


¿Enseñar lo que sabes a otros?


Recuerda poner estas piedras grandes primero o luego no encontraras un lugar para ellas. Así que hoy en la noche o mañana al despertar, cuando te acuerdes de esta pequeña anécdota, pregúntate a ti mismo cuáles son las piedras grandes en tu vida y corre a ponerlas primero en tu jarro.l

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Feng Shui

E l feng-shui, la forma del viento y del agua, es el arte y la ciencia taoísta de vivir en armonía con el entorno. Durante siglos, el pueblo chino ha confiado en el feng-shui para diseñar ciudades, para construir sus hogares y para enterrar a sus muertos. Hoy día, en Hong Kong, en Taiwán, en Singapur y en muchas ciudades donde hay una colonia china numerosa, el feng-shui forma parte de la vida diaria. Los empresarios consultan a los maestros de feng-shui para elegir sus oficinas y la ubicación de sus empresas. Los particulares se basan en el feng-shui para encontrar o para construirse una casa que otorgue salud y prosperidad a la familia. Los que se pueden permitir el lujo de elegir el lugar donde serán enterrados piden al practicante del feng-shui que les elija un punto que beneficie a sus descendientes. Ahora que son cada vez más los occidentales que se familiarizan con las artes y las ciencias de China, el feng-shui ha dejado de ser una práctica valorada únicamente por los nativos de este país. En Norteamérica, los arquitectos, los agentes inmobiliarios e incluso los particulares empiezan a interesarse por él. No obstante, a pesar de su popularidad creciente, pocas personas son conscientes de que el arte del feng-shui tiene su origen en el taoísmo y de que está vinculado íntimamente a la práctica de este.

 

EI estudio del feng-shui comienza por la comprensión de la presencia del Tao en la naturaleza y en la humanidad. Por medio de esta comprensión, la humanidad puede seguir el camino del Tao y estar en armonía con el Universo.

 

La gente suele creer que la adivinación consiste simplemente en predecir el futuro o los sucesos que van a tener lugar. Por esta mala comprensión, muchas personas se resignan al destino o a la fatalidad y no se consideran partícipes en la creación y en la disolución de las cosas. Según el pensamiento taoísta, la adivinación es el arte de leer las pautas del Universo, para poder admirar el flujo y la permanencia del Tao y para poder intuir la interdependencia de todas las cosas.

 

El verdadero aprendizaje del feng-shui comienza cuando reconocemos nuestro lugar en el Universo, que no es necesariamente un lugar dominante, sino un lugar que desempeña su papel en el plan de las cosas. Este reconocimiento y esta aceptación nos permiten percibir las energías presentes en el entorno y trabajar con ellas. Se nos ha enseñado muchas veces que vivimos en un mundo hostil, o que el mundo existe para que lo conquistemos o lo dominemos. En la práctica del feng-shui debemos adoptar una visión diferente del mundo, en la que nos reconozcamos como colaboradores de la naturaleza en vez de como sus amos. También debemos comprender que el conocimiento es el poder de colaborar, más que de manipular.

 

Nuestras relaciones con el Tao son la base de la práctica del feng-shui. Para reforzar estas relaciones debemos comprender que la energía primordial del Tao es la esencia de la vida en toda la creación. La forma humana es una simple cáscara, una estructura efímera; que cuando es vieja y frágil se desintegra, liberándose entonces en el Universo la energía que se encerraba dentro de ella. Lo que hace de nosotros seres humanos, animales plantas o piedras, es la diferencia de la cáscara, de nuestra parte efímera. La parte permanente de nosotros, que es la energía primordial del Tao que comparte toda la creación, no nace nunca, ni se extingue nunca. Esta energía primordial da vida a una forma y vuelve a liberarse al cosmos cuando la forma se disuelve, para volver a dar vida de nuevo a otra forma. Nosotros no vemos este ciclo interminable de ida y venida porque nos centramos en las diferencias entre las cosas. Si no nos apegamos tanto a nuestra cáscara, comprenderemos que lo que nos vincula con todo lo que hay en el Universo es la energía primordial que está en todos nosotros. Cuanto más cerca estamos del Tao, mejor podemos ver el flujo de energía en todas las cosas y más preparados estamos para establecer con ellas una unión de colaboración.

 

Los maestros del feng-shui saben que «todas las cosas vienen del Tao y vuelven al Tao», y que el cambio, o la transformación, es lo que pone en movimiento la ida y la venida de las cosas. c.e.  

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Un amigo

En algún lugar, en un campo de batalla...

- Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, Señor. Solicito permiso para ir a buscarlo. - Dijo un soldado a su teniente -.

- Permiso denegado. - replicó el oficial-. No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente este muerto.

- El soldado haciendo caso omiso a la prohibición, salió, y unas horas mas tarde regreso mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo.

- El Oficial estaba furioso: Ya le dije yo que había muerto. ¡Ahora he perdido a dos hombres!. Dígame, merecía la pena ir allá para traer un cadáver?

- Y el soldado, moribundo, respondió: Claro que sí, Señor. Cuando yo lo encontré todavía estaba vivo y alcanzo a decirme: «Estaba seguro que vendrías»

« Un amigo es aquel que llega cuando todo el mundo se ha ido ».ce

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El trabajo como poética de desarrollo

La espiritualidad celta tenía una aguda conciencia de la importancia de cada día y de su carácter sagrado. El concepto del día como lugar sagrado es una maravillosa perspectiva para la creatividad. Tu vida adquiere la forma de los días que habitas. Los días nos penetran. Lamentablemente, en la vida moderna el día suele ser una jaula donde la persona pierde su juventud, energía y fuerza. Se lo experimenta como una jaula precisamente porque transcurre en el lugar de trabajo.

 

Muchos de nuestros días y buena parte de nuestro tiempo transcurren en trabajos que están por fuera de los campos de la creatividad y el sentimiento. El lugar de trabajo suele ser complejo y penoso. La mayoría de nosotros trabajamos para otro y perdemos mucha energía. Una de las definiciones de la energía es la capacidad de trabajar. Después de pasar los días en la jaula nos sentimos cansados, agotados. En la ciudad, los atascos matutinos retrasan a las personas que acaban de terminar la noche y están soñolientas y nerviosas y se sienten impotentes. La presión y el estrés ya les ha estropeado el día. Al atardecer están cansadas por la larga jornada de trabajo. Cuando llegan a su casa no les queda energía para explorar o vivificar su corazón.

 

A primera vista es muy difícil reunir el mundo del trabajo y el del alma. La mayoría trabaja para sobrevivir. Necesitamos ganar dinero; no tenemos alternativa.

 

Tenemos la sensación de que nuestro aporte, aunque es necesario y exigido, es puramente funcional y, en realidad, poco apreciado. El trabajo debería ser todo lo contrario: una arena llena de potencialidades donde uno pueda expresarse.

 

Toda vida necesita expresarse. Cuando realizamos una acción, lo invisible de nuestro interior adquiere forma y encuentra expresión. Por eso, nuestro trabajo debería ser un lugar donde el alma pueda tener la posibilidad de hacerse presente y visible. Nuestra naturaleza siente un anhelo profundo por esa posibilidad de expresión que llamamos trabajo.

 

Se necesita mucha paciencia y confianza en uno mismo para intuir la cosecha invisible en el territorio de la mente. Es necesario entrenar al ojo interior para que penetre en los reinos invisibles donde los pensamientos pueden crecer y los sentimientos echar raíces.

 

Cuando hablamos de un individuo, hablamos de su presencia, que es la forma en que se manifiesta su individualidad frente a otros. La presencia es la textura del alma de esa persona. Esta presencia referida a un grupo de personas se denomina ambiente o carácter distintivo. El de un lugar de trabajo es una presencia grupal muy sutil. Es difícil describir o analizarlo, pero uno siente inmediatamente su poder y sus efectos. Cuando ese carácter es positivo, pueden suceder cosas maravillosas. Uno acude al trabajo con alegría porque el ambiente sale a su encuentro y está contento. Es benigno, acogedor y creativo. Pero si el carácter distintivo del lugar de trabajo es negativo y destructivo, al levantarse por la mañana la gente se siente mal ante la sola idea de ir a trabajar.

 

Queremos pertenecer a un grupo, una familia y en especial al lugar donde trabajamos. Esto liberaría una creatividad colosal en el lugar de trabajo. Imagina qué hermoso sería si pudieras mostrarte en el trabajo tal como eres, expresar tu naturaleza, dones e imaginación. No necesitarías aislar tu casa ni tu vida privada de tu mundo laboral. Ambos se compenetrarían de manera creativa y recíprocamente enriquecedora.

 

                                                                                                             Luis Ramos

                                                                             lramos_42@latinmail.com

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El primer Unicornio

A través del tiempo se pudo comprobar que muchos animales que se creían eran solo reales en fábulas o en la imaginación de la gente, eran tan reales como los humanos. Uno de estos animales es el Dragón , el cual solo se creía era parte de la mitología medieval, mas en el año 1912 se descubrió que existían. Entonces si el dragón es real, no parece descabellada la idea de creer que los Unicornios existieron alguna vez sobre la tierra.

 

Comencemos con la historia...

 

Llegó envuelto en una nube, impulsado por un blanco torbellino. Descendió con suavidad desde los cielos a los campos infantiles de la Tierra, aun antes que sus fuegos iniciales se hubieran extinguido. Posee entonces el Unicornio el brillo de la Luz, y puede apartar de sí toda oscuridad, toda tiniebla. Se lo llamó Asallam, el primer Unicornio de los nacidos, criatura de conformación temible y para contemplar hermosa, dotado de un cuerno de luz en espiral.

 

Golpeó entonces Asallam una roca desnuda, con su cuerno la penetró hasta grande hondura, y brotó una fuente de vida borboteante. Los fuegos se extinguían doquiera fluían esas aguas y empezaba la Tierra a fecundarse con multitud de cosas muy fructíferas. Se alzaron grandes árboles, florecieron; y bajo su sombra se instalaron las bestias salvajes y domésticas. Todo esto era intención de Dios, y el Unicornio, el instrumento de su querer. De este modo se formo el Jardín del Unicornio, llamado Shamagim, que quiere decir Lugar donde hay Agua.

 

Dios se dirigió entonces al Unicornio diciendo: «¡Asallam! Tú sólo serás, entre todas mis creaciones, quien recuerde la ocasión y el modo de su hechura, y vivirás en permanente memoria de la Luz, para ser su conductor y su guardián. Pero jamás volverás a la Luz hasta la hora final del Fin del Tiempo». Y el Unicornio, maravillado, vivió en su jardín y fue caminando hacia afuera.

 

La Creación del Hombre

 

Entonces quiso ser conocido Dios, aunque El ya conocía todas las cosas. Se retiró dentro de Sí, y a partir de la tierra y del aire, del agua y del fuego, su sagrado aliento compuso al Hombre, que era fuerte y bello, el colmo de la creación. El Unicornio se maravilló mirándolo, y de pronto volviose modesto y vergonzoso. Como Asallam no participó en la creación del Hombre, el Unicornio lo amó aún más y ante él se inclinó como un sirviente.

 

Fue el Unicornio entonces la primera bestia que le hombre contemplara, la primera a quien dio nombre. Desde entonces hasta ahora el destino de ambas razas se ha ligado; el Unicornio conduce hacia la Luz y sólo el Hombre puede allí seguirlo.

                                                                                                                   

                                                                                                      Chicoca@mailcity.com

                                                                                                       Carmen Gloria Opazo

 

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Servicio en Acción

La siguiente búsqueda o enseñanza fue como encontrar a Dios, claro que muchos saben donde encontrarlo, algunos lo buscan en un templo, en una sinagoga, una iglesia, etc., y llegamos a la conclusión de que El estaba dentro nuestro y que somos la acción de esa energía. A veces nos cuesta aún comprender esto, pues en los momentos difíciles quien no dijo: Dios mío ayúdame, no me desampares; o lo buscamos en un libro, una meditación, siempre lo andamos buscando de alguna manera. Pero un día yendo a un neuro-psiquiátrico vemos a una abuela que estaba tirada, bastante descuidada a nivel físico, como enroscada con sus brazos y piernas, sucia de arriba a abajo, íbamos como siempre llevando caramelos, ropa, etc. no para saciar las falencias, no le vamos a saciar el hambre o la sed por el poco tiempo de visita que uno invierte, y además esos elementos son las primeras excusas de acercamiento que uno propone aunque más tarde comprendiéramos que esas formas o excusas son innecesarias.

 

Luego, alguien nos pregunta de pronto: ¿como no saludas a la abuela?; minutos antes la habíamos pasado por alto pensando en la poca noción que ella tendría de nuestra presencia, o mentalizando en que lo que le diésemos no lo iba a comprender, pero dando respuesta a aquella pregunta le contestamos lo que habíamos pensado; entonces esa misma persona nos dijo: no, acerquense a ella..., entonces al agacharnos le dijimos: abuela, quiere un caramelo o una galletita?, en ese instante la abuela incorpora su cabeza levemente, nos mira a los ojos, y tomándonos la mano nos la besa, ese beso era el beso de Dios ahí personificado.

 

Otra vez un doctor mientras íbamos entrando a un nosocomio, nos para y nos pregunta:

- Uds. donde van?

y le contestamos:

- nosotros doctor venimos a hacer servicio como todos los sábados..;

entonces nos sigue preguntando:

- y a donde pertenecen?,

y le contestamos:

- no pertenecemos a nadie,

y nos dice:

- pero que traen?,

respondemos:

- solo traemos caramelos, galletitas, pero no para saciar el hambre y la sed de nadie, sino para acercarnos un poco a lo internos,

entonces el doctor insiste:

- y de que religión son?,

respondemos:

no sabemos! a ninguna en particular.

entonces nos cuenta:

- sabe porque se lo pregunto, porque aquí viene gente de muchas religiones, algunos con un librito, otros con estampitas, etc., y les crean una incertidumbre a los internos mayúscula, pues ellos solo se quedan poco rato y por la noche es terrible pues empiezan a decir, que la Virgen los va a visitar, o que Jesús va a venir...

entonces le respondimos:

- mire nosotros solamente queremos trabajar es el Amor, la compañía, y aparte recibir mas que dar; aún para dar Amor se necesita alguna religión?

el médico luego de un instante largo, respondió:

- claro que no, sigan...

 

¿Como descubrimos además las cosas que nos faltan trabajar?, un día yendo nuevamente a dar servicio, vemos a una señora llorar e ir de un lado a otro diciendo: Mi hijo no viene, y mi hija tampoco..; y nos enteramos que ya tenía cansado a todos allí, a los enfermeros, los médicos y también a los internos. Entonces se nos ocurrió decir aquella verdad tantas veces escuchada y tal vez nunca aprendida de que todos somos hijos de todos..., entonces nos acercamos y le dijimos: mire todos somos hermanos, nosotros podemos ser sus hijos... somos hijos de la vida, entonces nos preguntó: de verdad serían mis hijos?, sin más le dijimos: sí!, entonces la señora salió corriendo a decirle a todo el mundo que sus hijos habían llegado. Muchos se acercaron a insultarnos y a decirnos de todo, en la creencia de que realmente lo éramos, pero nos sirvió para darnos cuenta que también eso también era espejo de nuestra vida privada, con nuestras madres sobre todo.. esas son lecciones en acción.

                

                                                                                                                José Saponaro

                                                                                                         madelsol@latinmail.com 

 

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